LOS 10 ERRORES MAS COMUNES QUE COMETEMOS LOS PESCADORES Y COMO CORREGIRLOS
Por: Vicente Castrejón.
Los pescadores deportivos somos criaturas de hábitos; solemos pescar de la misma forma temporada tras temporada. Tal complacencia, sin embargo, suele crear una serie de malos hábitos que pueden poner en riesgo nuestro éxito al pescar.
Cuando eso sucede, solemos quejarnos de la mala suerte, del mal clima o, de peces muy inteligentes. Definitivamente, nunca somos nosotros.
Sin embargo, la cruel realidad es que la mayoría de las veces, los pobres resultados en la pesca son atribuibles a nuestros propios errores, producto -frecuentemente- de malos hábitos al pescar. Por fortuna, casi todos esos malos hábitos pueden corregirse fácilmente. A continuación enumero aquéllos que considero los 10 malos hábitos más comunes y la forma de corregirlos.
1) No reemplazar línea vieja o maltratada.
«…Esta línea me ha salido buenísima…Lleva dos años en el carrete y todavía aguanta…»¡¡¿cambiarla?!! si todavía se ve buena, además está muy cara…» ¿Cuántas veces hemos escuchado comentarios como los anteriores ó nos hemos sorprendido a nosotros mismos hablando así? La línea vieja o maltratada no permite que los señuelos actúen correctamente, interfiere con la detección de la mordida…y por si fuera poco, invariablemente falla cuando más las necesitamos.
Es muy recomendable cambiar de línea en todos nuestros carretes al principio de cada temporada. Aquellos pescadores que pescan muy seguido deben cambiar línea cuando menos cada dos meses. Para efectos de economía, se pueden reemplazar únicamente los últimos 40-50 metros de línea (aunque esto depende del tipo de pesca que practiquemos).
Mientras estamos pescando, es conveniente pasar los últimos metros de línea entre nuestros dedos pulgar e índice, en busca de abrasiones ó cortes. En caso de encontrar alguno, hay que cortar inmediatamente el tramo dañado y hacer un nudo nuevo. Es recomendable hacer de esto un hábito, nos ahorrará tragos amargos y un innecesario «derramamiento» de altisonantes.
2) Asumir que los anzuelos estÁn bien afilados.
Creer no es suficiente, hay que estar seguros. No todos los anzuelos nuevos están lo suficientemente afilados, e incluso aquéllos que cuentan con un buen filo eventualmente lo perderán.
Una buena prueba sencilla para verificar el filo de un anzuelo es recargarlo ligeramente sobre la uña del pulgar e inclinarlo levemente. Si la punta se mantienen en la uña, el filo es bueno. Si, por el contrario, la punta se desliza o resbala sobre la uña, será necesario trabajar con la lima.
Para afilar en anzuelo, basta una lima de joyero ó una lima especial para afilar anzuelos. Hay que afilar por el lado externo de la punta, deslizando la lima desde la curva del anzuelo hacia la punta, con movimientos firmes, pero suaves. Unos cuantos movimientos bastarán. Hay que evitar que el anzuelo se sobrecaliente durante el proceso, pues podría perder su temple.
3) FijaciÓn de seÑuelos.
Este es uno de los errores más frecuentes. Todos los pescadores tenemos un señuelo favorito, ya sea por éxitos pasados ó por cuestiones sentimentales.
Y el primer error que cometemos es atar ese señuelo tan pronto llegamos al agua.
o nos detenemos a observar las condiciones de luz y cielo, temperatura y condiciones predominantes, ni consideramos la temporada del año. Total,»…este señuelo es el bueno, ya lo ha demostrado antes…» Pero cuando nuestro señuelo favorito falla, ¿qué hacemos? La mayoría de las veces lo cambiamos…por otro señuelo, pero de diferente color.
En lugar de invertir una buena suma de dinero en diez señuelos iguales, pero de diferentes colores, es más recomendable abastecer nuestra caja con un buen surtido de señuelos que nos permitan cubrir la columna de agua, desde la superficie hasta el fondo. Si tu señuelo consentido se «va en blanco», cambia a algo que corra a mayor ó menor profundidad ó que le muestre al pez una acción ó forma completamente diferente. Si trabajamos un señuelo a la profundidad correcta, con acción y velocidad apropiadas, es posible provocar el ataque independientemente del color.
4) Constante dificultad para poner nuestro señuelo en la zona caliente
¿Tenemos idea de cuántos buenos peces hemos perdido por causa de lanzamientos imprecisos? Es un hecho que un señuelo que cae fuera de la zona de ataque (strike zone) será seguramente ignorado por el pez. Peor aún, una serie de lanzamientos imprecisos alrededor de la zona de ataque puede terminar por ahuyentar al pez. Para solucionar esto, hay que seguir los siguientes tres pasos:
a) Practicar lanzamientos.
b) Practicar lanzamientos.
c) Practicar más lanzamientos.
Si contamos con espacio en nuestro jardín, una buena opción es practicar nuestro casteo utilizando un señuelo sin anzuelos y una cubeta como blanco; también podemos poner varios «blancos» a diferentes distancias: revistas en el piso, otras cubetas, hojas de periódico, etc. Si no hay espacio en casa, será necesario recurrir a lugares abiertos; siempre existirá el riesgo de que quien nos vea nos considere un poco desequilibrados, pero bien vale la pena mejorar nuestra presión.
De esta forma podemos mejorar nuestras habilidades rápidamente. Además, al practicar mientras No pescamos, podemos concentrarnos exclusivamente en afinar nuestra técnica sin tener que pensar en capturar un pez.
De la misma forma, es aconsejable practicar diferentes tipos de casteo y en diferentes posiciones, sobre el hombro, de lado, pitchadas, sobre el hombro contrario, de «revés», con la otra mano, etc. Esto nos permitirá afrontar las diferentes condiciones a las que nos enfrentemos (p.ej. una lancha con varios pescadores; pescar entre palizadas ó árboles ó en lugares estrechos).
También es importante hablar de nuestra ubicación o posición respecto al punto hacia donde dirigimos nuestros lanzamientos. Independientemente de que pesquemos desde una embarcación o desde la orilla, debemos buscar que nuestra ubicación nos coloque dentro de un rango de lanzamiento acorde a nuestras capacidades, pero teniendo especial cuidado de no acercarnos tanto que asustemos al paz.
5) No preocuparse por estudiar Áreas nuevas.
No es muy sabio pasar todo el día pescando en dos ó tres lugares que en el pasado han resultado productivos. Es necesario forzarnos a romper éste hábito aventurándonos algunas horas en zonas donde nunca antes hemos pescado durante nuestras salidas.
Es cierto que cada presa ó lago tiene lugares especialmente productivo y, por lo mismo, son asiduamente visitados por legiones de pescadores. Pero esto no significa que no hay otros lugares que también sean productivos.
Mientras mejor conozcamos un determinado cuerpo de agua, tendremos mejores opciones para invertir nuestro tiempo de pesca. Si hay mapas disponibles, es buena idea estudiar el contorno del fondo para poder tener una mejor idea de cuales pueden ser los lugares productivos. De la misma forma, si se cuenta con sonar, éste es una excelente herramienta para ubicar esos lugares.
6) Moverse cuando la acciÓn disminuye.
Estamos pescando y los peces se alimentan activamente. Capturamos pez tras pez hasta que -súbitamente- la acción cesa tan repentinamente como empezó. Después de algunos lanzamientos infructuosos, decidimos que será mejor cambiarnos de lugar.
Aún y cuando la alimentación activa haya disminuido notablemente ó -aparentemente- cesado, normalmente un gran número de peces aún permanecen en el área. Siempre será preferible quedarse en donde los peces pican -aunque en forma esporádica- a tratar de buscar otra zona en donde estén más activos (y lo más probable es que no la encontremos).
Es conveniente intentar con otros señuelos y diferentes recobros. Los peces pueden haberse movido hacia mayores profundidades, tal vez se hayan acercado más a la estructura o cubierta, o simplemente se hayan alejado un poco dentro de la misma zona.
7) Fallas al clavar el anzuelo.
Esta es una de las principales razones por las cuales se pierden capturas prácticamente logradas. Antes que nada, debemos considerar que el tiempo y la técnica de clavar el anzuelo (o hookset) varía de acuerdo al tipo de señuelo que estamos usando. Por ejemplo, cuando se pesca con lombriz, inmediatamente después de sentir el «tap-tap» hay que bajar la punta de la caña, embobinar la línea floja y dar un firme y rápido tirón, llevando nuestras manos hacia el pecho (no sobre nuestra cabeza). Pero si pescamos con lombriz en arreglo Carolina, la mejor técnica de hookset es mantener la caña horizontal y girar el cuerpo hacia un lado con un rápido movimiento de cintura y brazos.
Al pescar con curricanes, tal vez el tiempo (o tíming) sea un factor más importante que la forma en que clavamos el anzuelo. Muchos ejemplares se pierden porque el pescador se anticipa, es decir, da el tirón en el momento que se siente el piquete, sacando el señuelo de la boca del pez. Para evitar esto, es recomendable frenar nuestro reflejo y esperar a sentir peso o presión en la línea, que significa que el pez ya lleva el señuelo en la boca. También ayuda mucho usar la caña adecuada al tipo de señuelo que estamos usando.
Por último otros factores que influyen mucho en un correcto hookset son; el filo del anzuelo; un adecuado ajuste del frente del carrete y el tipo de línea y cuánta de esta hay en el agua. Esto último es muy importante, pues interviene el stretch o elasticidad de la línea. En el caso de las líneas trenzadas o fusionadas (Spriderwire, Fusión, Fireline), el strech es prácticamente cero, lo que asegura buenos hooksets sin importar cuánta línea hay en el agua. Sin embargo, el monofilamento es otra historia, pues su stretch puede llegar a ser del 10%.
Entonces, si tenemos 20 mts de línea en el agua, ésta puede llegar a tener un elasticidad cercana a los 2 mts. Por tanto, hay que considerar que la fuerza para aplicar el hookset debe ser directamente proporcional a la distancia existente entre el señuelo y el pescador.
8) Buscamos aguas protegidas cuando se desata el viento.
Es cierto que el viento puede llegar a ser una molestia para el pescador, pero también es cierto que estimula la alimentación de los peces. El viento favorece la oxigenación de la superficie del agua, lo que atrae a los microorganismos de los cuales se alimentan los pececillos que son el forraje de especies mayores, que no tardan en hacerse presentes para alimentarse.
En estos casos, hay que hacer que el viento trabaje para nosotros. Es recomendable anclarse del lado de donde sopla el viento, de esa manera nuestros lanzamientos serán a favor del viento. Una buena estrategia para cubrir mayores áreas es dejar que el viento mueva la embarcación, casteando hacia el frente o «arrastrando» los señuelos tras la lancha. La trayectoria de la lancha se controla con el troleador y, si el viento es muy fuerte, se puede usar en «ancla flotante», que no es otra cosa que una bolsa en forma de cono que se atrapa el agua y disminuye la velocidad a la que se deriva.
9) Buscar lugares productivos en vez de patrones.
Los puntos o lugares productivos son raros. Los patrones no. Afortunadamente, aprender a pescar siguiendo patrones no es tan difícil como puede parecer. Es esencia, en vez de buscar un lugar, se buscan circunstancias o condiciones que provocan los ataques.
Por ejemplo, si capturamos una lobina con un rat-l-trap en una punta secundaria con fondo de grava, es muy probable que otras puntas secundarias con las mismas características produzcan lobinas con el mismo señuelo. Otro ejemplo; capturamos una lobina al fondo de un recodo con hierba, con spinnerbait blanco recobrado rápidamente justo bajo la superficie; si logramos capturas iguales en otros recodos con las mismas condiciones, habremos identificado un patrón productivo para ese día.
Los patrones potenciales son muchos y muy variados. Aprender a descifrarlos e identificarlos positivamente será un factor de éxito en cada salida.
10) Actitud incorrecta.
Los pescadores nos pasamos la vida aprendiendo sobre señuelos, carretes y cañas, hábitos de los peces, códigos de ética, temperatura del agua, presencia de frentes, lanchas, sonares, motores y mil cosas….una curva de aprendizaje que no termina jamás. El conocimiento y conjunción de factores como los anteriores indudablemente hará de nosotros mejores pescadores. Sin embargo, hay un factor que por sí mismo puede tener tanto valor como todo lo anterior junto y, que pocas veces tomamos en cuenta una buena actitud.
Me podría explayar un buen rato hablando sobre una buena actitud. Tal vez sea mejor recomendar que siempre busquemos el lado positivo de toda situación y sin importar qué tan adversas sean las condiciones, siempre salgamos al agua con la convicción de que pescaremos. Una actitud positiva siempre incrementa las posibilidades de éxito.