Diferencias entre los ambientes de Lagos y Ríos en la Pesca de Trucha
La principal diferencia entre el ambiente de lago y de río es la corriente, en los lagos y pozas los nutrientes, desde los microscópicos hasta los crustáceos y peces forrajeros se "filtran" hacia el fondo del lago, esta lluvia de alimento hace que la trucha tienda a irse también al fondo, asumiendo que el contenido de oxígeno es adecuado así como la temperatura del lecho.
Las presas de la trucha, tanto las que nadan como las que se arrastran, como el acocil, la sanguijuela, el camarón de agua o scud, así como los peces forrajeros, no tienen que pelear la corriente; los acociles se pueden encontrar por todo el lago, siempre y cuando haya estructura con acceso a la ribera, así mismo los peces forrajeros pueden estar en varios niveles de profundidad sin tampoco tener que preocuparse.
En los ríos la corriente se lleva los nutrientes río abajo y se van hacia las pozas o áreas más hondas donde hay menos efecto de la corriente y se sedimentan ahí. Esta es la razón del porqué las pozas son lugares críticos en donde se encuentran las truchas.
En este escenario los peces forrajeros buscarán donde refugiarse entre rocas, troncos y cualquier estructura que encuentren disponible. Los acociles, langostinos, almejas de agua dulce y caracoles, etc., podrá encontrarlos en las pozas hondas y aguas someras mientras estén protegidas, también hay que tomar en cuenta la enorme cantidad de larvas, pupas y ninfas, que son los nombres de las diferentes formas que toman estos insectos acuáticos en sus etapas de inmadurez o metamorfosis, como las efímeras, mejor conocidas como Mayflies, Stoneflies, Caddiesflies, etc., estas formas inmaduras que para efectos de este libro llamaremos generalmente "ninfas", emergen desde el fondo hacia la superficie para eclosionar, estas, combinadas con los insectos terrestres que caen al agua y son arrastrados por la corriente, componen gran parte de la alimentación de la trucha.
LOS LUGARES EN LOS CUALES ENCONTRARA A LA TRUCHA EN UN RIO
Ahora bien, es esencial que el pescador de aguas corrientes entienda muy bien en donde se encuentran estas fuentes de alimento, para tratar con carnadas, señuelos o moscas, el imitar a esas presas tanto en coloración, tamaño y sus movimientos de traslación.
El clima también afecta el habitat de los ríos muy diferentemente que el de los lagos, ya que por ejemplo en invierno a algunos de ellos les baja la temperatura hasta cerca de los 4 grados centígrados. Como animales de sangre fría a estas temperaturas las truchas presentarán un comportamiento letárgico, así que no espere que en este tiempo las truchas persigan rápidamente su curricán o mosca, ya que la trucha tratará por todos los medios de ahorrar energía y esto lo logra sólo atacando a las presas que por su cercanía y velocidad representen una oportunidad cierta de alimentarse, por lo que no estará acechándolas en las aguas rápidas, pozas turbulentas, caídas de agua o remolinos, ya bastante tienen en ese frío con estar peleando la corriente, pero sí se va a encontrar en los lugares en los cuales no va a necesitar quemar mucha energía tales como detrás de troncos y rocas, remansos, en las bancadas opuestas a la corriente, etc., en donde sea mínima la resistencia al flujo de agua, ahí es donde hay que buscarlas en los tiempos de frío y si usted no tiene esta información estará buscando a la trucha en los lugares menos indicados.
Cuidado con cometer el error de lanzar su curricán o mosca y trabajarlos cerca de la superficie, ya que esto funcionará más tarde cuando haya más calor, pero para aguas frías debe buscar primeramente a las truchas en lo más profundo de las pozas donde hay menos corriente y la temperatura puede ser más alta, y deberá utilizar señuelos y carnadas que estén diseñados para trabajar en aguas lentas y a esas profundidades. Recuerde que el rango vital de temperatura de la trucha es de entre los 4ºC, en donde prácticamente cesa de alimentarse y de crecer, y los 22 a 26 ºC en que se muere.
En cuanto la temperatura del agua asciende, la trucha emigrará hacia las aguas de más corriente, es en este tipo de aguas donde encontrará las más oxigenadas, tan necesarias para ella en los meses más calidos, que también quiere decir que son aguas más claras por lo que estará más aprensiva no sólo por la transparencia del agua sino además por el incremento de la presión de la pesca, y por si fuera poco en el tiempo de estío las aguas estarán más bajas, lo que le añade sal a la herida, pues significa que si de por sí estaba aprehensiva, ahora va a exigirle al pescador que se comporte como si éste fuera invisible para que no se asuste, así que evite los lanzamientos ruidosos, su presentación, ya sea de señuelo o carnada va a tener que ser impecable, su ropa lo más discreta y de colores que se puedan confundir con el paisaje, en fin usted se tendrá que manejar como un fantasma, pero por otro lado las truchas grandes estarán más accesibles pues comerán más agresivamente, ya que se estarán acondicionando para la vigilia de los meses de frío, y los mejores momentos para pescarlas en aguas corrientes son las horas de la madrugada desde antes del amanecer.
Buscando en los ríos las minas de oro.
Hay que buscar siempre los lugares específicos en los que se esconden las truchas y hay que hacerlo desde que se acerca uno al río o arroyo, no se puede desdeñar ningún punto y hay que evitar el meterse al cuerpo de agua sin echarle una ojeada más detenida. Muchas veces y de manera irónica algunos de los mejores lugares son por donde pasamos, como ejemplo están los puentes, pues proveen a la trucha de un magnifico escondite, los pilares de los puentes suelen al enfrentar la corriente, hacer que el flujo excave el fondo y cree pozas muy atractivas para la trucha, además que le proporcionan sombra.
Muchas veces el pescador hace su pescada en los lugares de más fácil acceso y no necesariamente son los mejores para probar suerte, simplemente por la cantidad de presión de pesca que dichos lugares van a sufrir, para evitarla, usted va a tener que buscar lugares más recónditos y difíciles de acceder, lo que necesita hacer siempre es acercarse con mucho cuidado, casi pecho tierra, pues como ya dijimos, entre más angosto y pequeño sea el arroyo, más fácilmente podrá ser advertido por las truchas y en muchos lugares no hay suficiente maleza o sitios para esconderse, pero sea cuidadoso al caminar en y / o sobre las aguas corrientes, pues son tremendamente resbalosas y traicioneras y aunque traiga waders, pueden suceder accidentes y si se encuentran lejos de los accesos puede ser como de historia de terror.
La trucha casi siempre se encuentra de cara a la corriente, esto es porque sus alimentos son arrastrados por la afluencia y tiene que interceptarlos al pasar o los perderá, y también porque en esa posición el agua se le introduce por las agallas con la presión natural de la corriente y le ahorra mucho esfuerzo para respirar, una excepción es cuando la trucha se encuentra en una poza tiene áreas en las que se forman bolsas o remolinos tranquilos y de agua calma, entonces puede estar técnicamente de cara contraria a la corriente, pero seguirá capturando presas que le traiga esa corriente revolvente, la explicación anterior es para darles a entender que la mejor manera de pescar en aguas corrientes es lanzando río arriba y dejando que nuestra oferta se vaya deslizando aguas abajo de forma natural.
Las pozas probablemente son los mejores lugares para localizar a las truchas grandes y esto es especialmente relevante donde se inicia la poza, ya que ahí el agua es singularmente profunda y turbulenta, condiciones óptimas para las truchas gigantes. La base de las caídas de agua con su agua súper oxigenada son otro lugar escogido por las truchas trofeo.
También además de los lugares obvios como las pozas, remolinos, atrás de rocas, debajo de troncos, riberas sombreadas, con maleza colgante, o bancadas, existen otros lugares dignos de consideración para encontrar truchas, como donde se observa que se forma agua blanca al final de los rápidos, por que debajo del agua blanca normalmente se forman oquedades o bolsas en donde el río o arroyo se vuelve más superficial o somero, también en los lugares donde la corriente empieza a volverse más rápida, ya que mucho del alimento de la trucha se queda ahí atrapado por las corrientes que se forman.
Las áreas de rápidos se tienen que pescar río arriba o río abajo, aunque éste último es menos recomendable, lo que es casi imposible es el trabajarlo a través, por la fuerza de la corriente, en el caso de las pozas lo más recomendable es siempre lanzar aguas arriba al inicio de la poza pues la misma corriente va a mover la oferta hacia la salida aguas abajo y obviamente pasando por el centro de la misma, que es donde se encuentran las truchas, de otra manera el lanzar a la mitad de la poza puede producir que la trucha se espante al sentir la caída del señuelo o carnada encima de ella o si es recobrada también sobre ella, aunque si los otros acercamientos no dan resultados, entonces probemos como alternativa el castear de a través.
Al estar leyendo un arroyo, el pescador novicio puede que haya encontrado un buen lugar en donde lanzar, pero al hacerlo y hacerlo Mal puede echar a perder ese buen lugar y todo por no hacer una presentación adecuada.
Definitivamente el mayor problema de un pescador ya sea con equipo spinning o de mosca, es el de poner su carnada, señuelo o mosca en el fondo y justo en la poza, remolino, ribera, junto a la roca o tronco o donde haya decidido que potencialmente es un buen lugar, la mejor solución es lanzar aguas arriba y dejar que la corriente lo arrastre hasta donde queremos que llegue, al lanzar río arriba tenemos mayor control sobre nuestra carnada, señuelo o mosca, y haciéndolo lentamente permitimos que se vaya más al fondo.
El secreto al hacer su lanzamiento es hacerlo no directamente en la corriente, en vez de ello hágalo ligeramente al lado de la misma, de tal manera que tarde en que la corriente atrape su oferta y le dé tiempo de hundirse para que cuando la atrape, tenga parte del camino andado hacia el fondo, pues si cae en la corriente directamente no le dará tiempo de hundirse lo suficiente para llegar al lecho del río. Pero cuando encuentre una poza larga y de aguas mansas póngase en el medio y en la orilla y lance su señuelo o mosca en la forma de un abanico, es decir lance primero a la cabeza de la poza y su segundo casteo hágalo a poca distancia del primero y así sucesivamente hasta que cubra toda la superficie de la poza.
Extracto del Libro "Manual de la trucha y su pesca en México" de Luis Pueyo Bravo Arco Iris Sport Fishing, 2004,
Si desea adquirirlo llame al 01 (55) 55475489