CARPEANDO EN JALPAN, QUERÉTARO
Por Mario Kok
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Viernes 25 de octubre de 2007 José Luis , decidió quedarse en mi casa a dormir a fin de salir temprano. Al día siguiente nos levantamos a las 4, cargamos la camioneta y después de un rápido desayuno partimos con rumbo a Jalpan Sería un largo viaje con la camioneta pesada y el bote, planeamos llegar en la tarde a Jalpan. Nos fuimos con una hermosa luna llena, que nos ayudó a iluminar el camino traicionero en la primera gama de la montaña.
Por último, el sol y el frío en las montañas habría de ser historia.
Después de un largo pero buen camino, llegamos a la base de la Sierra Gorda , el inmenso sistema montañoso en el que se ocultaba Jalpan. Recientemente, ha habido una gran cantidad de lluvia en México, y los plantíos de maíz están totalmente inundados.
Comenzamos nuestro escalar en las montañas y, a veces, el V8 tuvo que trabajar duro en las empinadas carreteras. Vimos el paisaje cambiar drásticamente a más y más verde.
Una media hora antes de llegar al destino final, vimos el río frío de Jalpan juntarse con otro río, proporcionando así la base para la vida en este valle verde.
Finalmente llegamos a la colorida ciudad de Jalpan. Se trata de un asombroso y pintoresco lugar el cual tuvimos que cruzar para llegar al lago. Decidimos primero buscar un lugar para acampar, justo afuera de la ciudad, que por lo menos se nos ofreciera seguridad. Nunca hemos tenido problemas en México, pero siempre es sensato pensar en las cuestiones de seguridad en viajes largos a áreas desconocidas. De inmediato, supimos que alguien no estaba buscando. Resultó ser Raúl y su hijo que ya estaban esperándonos.
Decidimos sacar la lancha y buscar Don Mario, un pescador profesional local, que recientemente ha asumido también la tarea como presidente del club de pesca deportiva local. Don Mario pronto nos confirmó lo que habíamos escuchado antes. Él mismo había capturado grandes peces con redes en el pasado. Hace siete años, él atrapó una gran carpa de 48,5 libras y hacía sólo tres semanas capturó y liberó una carpa común de 31 libras común. Nuestras esperanzas subieron, pero Don Mario nos advirtió que la pesca sería difícil debido al nivel muy alto del agua. Él nos aconsejó volver un día de junio, cuando el nivel del agua estuviera bajo.
JL y yo decidimos revisar el lago con la lancha. No estábamos preparados para la sorprendente belleza que la naturaleza nos ofecìo toda vez que exploramos el rio. La vegetación alcanzaba el agua y escuchàbamos animales corriendo entre el bosque, demasiado denso para que nuestra vista penetrara en ella. Habìamos escuchado que habìa Jaguares, Ocelotes, y pitones en el area, esta vez, esta vez lo creìmos. Después de una hora en el agua concluimos que este viaje ya habìa valido la pena, aùn si no hubieramos capturado nada. Gracias Alvaro, por guiarnos a este lugar.
Decidimos pescar desde el campamento, ya que ésta era el área con mayor accesibilidad a los lugares con estructura interesante, caídas, etc.. La zona de acampar tenía una lenta pendiente llegando a los 30 pies. José Luis decidió pescar a la entrada de una bahía muy prometedora, mientras yo pesqué entre 70 y 100 mts de distancia desde la costa a diferentes profundidades. Cebé un área bastante abierta entre 2 marcadores los cuales me habrían de ayudar a colocar mi carnada en la posición correcta. Cebé con boilies y pellets mientras que JL lo hizo con maíz, boilies y pellets.
Pronto, Jorge, Ignacio y Lupita llegaron y después de un típico ritual mexicano de fuertes apretones de manos, palmadas de hombro y fuertes abrazos, estábamos listos para pescar pescar.
Las cañas estaban en el agua y armamos el campamento.. La noche pronto cayó en las montañas y el asador que Jorge había traído pronto se iluminaba. El olor de la arrachera pronto llenó nuestras narices y nuestros vientres gruñieron con el hambre. El tequila frío fue un complemento a la sabrosa carne. ¿Cómo puede ser que los alimentos siempre saben mejor al aire libre?
Después de la comida, nos sentíamos un tanto cansados y decidimos dormir. A las 5:42am me desperté debido a una “corrida” titubeante y pronto una pequeña carpita estaba en mi red. Ese fue el inicio de días ajetreados, muy poco dormir, muchos peces y en resumen un viaje fantástico. Aquí unas fotos.
Ignacio con una bella carpa rubia
Cada vez más grande...
Paisaje asombroso
Mucha Acción
Escamas bonitas
Acción en el nido de hormigas
Arreglo, carnada y resultado
Algunas más
Más acción nocturna
Fotos de "Huevon" y "Garrapata", nuestros perros adoptados. Cada mañana saltaban alegremente en mis partes blandas luego de verme tropezar con la tienda. Luego se irían conmigo al baño a esperar fuera. Por la noche, se resguardaban en nuestro campamento, el cual llegaron a adoptar como su territorio, en especial por el alimento que nos robaban el cual incluía boilies robados, carne, etc..
JL con PVA
Este amiguito creyó estar en un árbol de verdad
Armándonos de Arreglos
Y las capturas continuaron
Bonito pez para Mr George
Hace unas semanas, cinco mil bagres para consumo se escaparon de unas jaulas. Sé que pescamos casi la mitad de ellos. Estos chicos se comieron una enorme cantidad de boilies. De hecho se podía sentir la panza llena de boilies.
Doble enganche
Doble y triple acción
El despido (foto de Raúl Padilla)
Después de 4 días ajetreados, era el momento de hacer un balance. Habíamos capturado muchos peces, la mayoría de mi área, después de probar otro método en el área de JL también pescamos varios ahí. Al menos pudimos localizar y capturar peces, y todos eran muy gordos. Utilizamos boilies grandes en la mayoría, lo que faltaba era el largo correspondiente para el tamaño de panza de esos animales, estábamos en el área incorrecta para pescar los grandotes, así que decidimos cambiar de lago.
Hace más de medio año pescamos con Parry Vermeulen, editor de una revista holandesa en La Yerbabuena. Decidimos probar este lago de nueva cuenta. A sabiendas del nivel alto del agua y poco espacio, tal vez habría la oportunidad de encontrar un buen lugar para pescar. Decidimos empacar u viajar a través de las montañas que nos guiarían de nuevo al lago donde habitan las carpas espejo tan hermosas de la Yerbabuena. Escuchamos que había nevado en las montañas pero confiando en el buen tiempo, decidimos tomar ese camino el cual nos llevó a más de 13 mil pies con una vista espectacular.
Después de cuatro horas de intenso manejar, finalmente llegamos a la Yerbabuena. Hermoso como siempre, pero ahora a plena capacidad. El caminito que nos llevaría al lugar que ya conocíamos, estaba ahora cubierto de agua ¿Qué hacer?, sabíamos que el camino es pura roca y después de checar la profundidad, nos lanzamos, afortunadamente cruzamos sin problemas y llegamos.
El lugar que había tenido buenos resultados, era ahora inaccesible y si JL quería pescarlo, tenía que trabajar duro, así que no dudó y tuvo que cortar cactus, huizaches y quien sabe que más para poder pescar, tomando prestado una cuchilla de Don Conrado lo hizo posible después de unas horas.
Arduo Trabajo
Una de las cosas que detectamos mientras observábamos la tranquilidad del lago fue que no habían saltos, absoluta calma en el lago, ni mojarras, ni robalos, nada se asomaba en este lago. Después de checar con Conrado, quien se ha convertido en una celebridad tras aparecer en revistas de holanda y de México, nos comentó que en las noches hacía mucho frío y probablemente esto hacía que la pesca fuera muy difícil.
Decidimos cebar ligeramente y ver que pasaba. Jorge (Mr George) nos acompañó de nuevo el viernes así que al menos nos divertiríamos de nuevo, riéndonos de cosas tontas. Los primeros dos días no hubo nada, y el viernes JL tuvo una “corrida” con maíz fermentado, después de una verdadera batalla épica, tristemente perdimos el pez en la hidrilla, aún cuando logramos estar encima del pez con la lancha. Los peces en la Yerbabuena pelean duro y muy rudo.
Finalmente tuve una corrida un poco después. Fui con el bote y Oscar, quien llegó con su papá y su abuelito fueron testigos de cómo esta carpa me apaleaba. Después de un tiempo de “yo jalo y tu jalas” el pez sucumbió y se rindió.
Sólo así me di cuenta que mi red hecha a mano tenía hoyos, casi se sale la carpa por uno de ellos, todo esto gracias a los burritos quienes se encargaron de arruinar mi red. Me día cuenta que tenía más hoyos así que pusimos a la carpa en el bote, uff eso estuvo cerca.
Saludable pez
Gran Joroba, imaginen este pez dentro de 5 años!
Burritos…
Los próximos dos días logré dos espejos y un gran bagre, mientras que Jorge lamentablemente perdió una carpa. La pesca ha sido muy difícil, pero las pocas capturas que reposaron en el colchón valieron la pena. Aquí hay algunas fotos de los últimos días:
“amigos” quienes se encargaron de enredarse en nuestras líneas cuidadosamente colocadas… no nos enojamos fácil pero ellos lo hicieron posible…
Las mañanas airosas representaban un reto para bañarnos, he aquí nuestra solución
Don Conrado, famoso en Holanda, EUA y por supuesto en México
El ataque de la rana asesina
“Pretende que no estoy aquí”
La más pequeña de las 3
Tan bella no necesitas ser grande…
Cambio de estrategia: carnada sutil
Arreglo helicóptero para fácil casteo
Días y noches fríos
Gatito
Buen cierre en temperatura fría
En definitiva, se trata de un impresionante viaje. Este tipo de aventuras me hacen tan orgullosos de estar viviendo en México y tener amigos como José Luis y Jorge, mil gracias
Para resumir nuestro viaje, "A mil kilómetros, mil recuerdos"….
Mario Kok