Pescando en La Vicente Guerrero Abril 2012
Hola a todos,
La semana pasada tuve la fortuna de robarle un par de días a mi trabajo y lanzarme a la Vicente Guerrero, acompañado de mi hijo Vicente y de mi gran amigo Marco Torres y sus hijos Marco y Santiago.
Después de una serie de llamadas a César Madrigal y una rápida visita a Bass Angler House, donde pudimos saludar a Juan, ya solo nos restaba esperar la madrugada del Jueves para iniciar el viaje.
Para no hacer largo el cuento, llegamos a El Sargento poco antes de las 2 de la tarde. Cambio de ropa, y armar cañas antes de sentarnos a comer. Antes de las 4 pm ya íbamos a bordo de las lanchas rumbo a los puntos de pesca.
El clima algo raro, nublados y temperatura no tan alta, con un ligero descenso de la presión barométrica (según el reloj de Marco) y algo de amenaza de lluvia, que francamente no me esperaba en esta época del año.
Hace muchos años que no me sucedía que mi primer casteo del viaje resultaba en strike y captura. Vicente Jr. logró su primer captura a su segundo tiro. Este viaje promete, me dije.
El resto de la tarde estuvo tranquilo y Vicente y yo nos regresamos empatados con 6 capturas cada uno.
El día siguiente tuvimos cielo un poco menos nublado, aunque con ligeras rachas de viento entre largos periodos de calma. Iniciamos la mañana con senkos y brush hogs, buscándole también con paletones y spinners, pero en ese momento solo quisieron paletón. Vicente abrió el día con una lobina de 4 lbs, y mi mañana se animó con una lobina de poco más pequeña que nos dio una agradable sorpresa, pues al lanzar un paletón, uno de los triples se enredó en la línea y al recobrarlo venía girando en la superficie y la bocona no resistió el impulso de pegarle con rencor. No cabe duda que un strike de superficie se queda en la memoria para siempre.
Al poco rato se despejó el cielo y el sol empezó a pegar como suele hacerlo por aquellos lares. Nos movimos hacia las islas y los strikes brillaban por su ausencia. Ante la falta de acción le pedí a Fernando, nuestro guía, que nos moviera a otro punto, pero insistió en que le diéramos una buena "peinada" a una pequeña isla que le había dado buenos resultados en semanas anteriores. Así que le seguimos neceando, y sin más ni más, en frío y sin aviso alguno, tuve un strike que resultó ser mi récord personal, una buena lobina de 10 lbs que se fue tras un Trick Stick de 6", Watermelon Red Flake.
Foto, liberación, y a disfrutar el haber conseguido los 2 dígitos. Al poco rato le llegó el turno a Vicente Jr. Al otro lado de la isla y con el mismo señuelo y logró pegar un bicho de casi 8 lbs. No por nada Fernando insistió en que le siguiéramos neceando al punto. Gracias Fer!
Mientras tanto, casi al mismo tiempo, pero en otro punto de la presa, Marco y sus hijos, que habían salido con César Madrigal estaban disfrutando una mañana memorable. Marco Jr se aventó la puntada con 2 lobinas de 8 lbs casi consecutivas, mientras que Santiago se despachó con la cuchara grande, subiendo a la lancha una de 9 lbs.
El resto del día fue de menor ritmo, al tiempo que el clima empezó a ponerse un poco más difícil, el viento arreciando y con capturas cada vez más escasas.
Al día siguiente, último del viaje, nos tocó salir con César, pero los puntos productivos estuvieron negados y el viento no bajaba la guardia. César decidió que le intentáramos en el Pilón y hacia allá nos dirigimos. Hubo un poco de actividad con spinners, paletones y tuve un par de buenos strikes con swimbait, pero los perdí por wey, pues no dí el hookset como debe ser.
Fue interesante ver trabajar el Alabama Rig que traía César. Independientemente de lo que digan sus seguidores y detractores, el arreglo funciona y dispara strikes violentos.
Por la tarde salimos hacia las puntas cercanas a la cortina, para lograr algunas capturas con paletón y plásticos, pero ya estaba escrito que el segundo día fuera el mejor del viaje.
Quiero agradecer a César y Javier Madrigal, quienes siempre han sido excelentes anfitriones e invariablemente los mejores instructores para los niños (ya no tan niños).....y para sus papás. Cada vez que salgo con César me convenzo de que mis conocimientos sobre esta actividad son mucho más escasos de lo que creía.
La carretera muy segura, muchos retenes y en todo momento la sensación de que las cosas están mejorando.
Ni qué decir de la presa. Literalmente no tiene madre, con un nivel más allá del 90% y una inmejorable calidad de agua. Estoy convencido de que estamos ante un "relanzamiento" de la Vicente Guerrero en los próximos años. Nos va a dar muchas sorpresas, y espero que en lo personal nos siga dando más satisfacciones.
Saludos a todos.
Vicente Castrejón