POR FIN DE PESCA!!!!
Por: Ignacio R. Olmedo
Después de muchos días de planear y posponer repetidas veces un viaje, por fin pude salir de pesca, eran las 7 PM cuando sonó mi teléfono celular, la voz me decía "el tráfico de vehículos esta tremendo, llegaré por ti como en una hora", yo acababa se salir del trabajo y apenas tenía poco tiempo para preparar las cañas, carretes y el repelente para moscos entre otras muchas chácharas que lleva uno a esos lugares.
Hace días que mis amigos y yo pretendíamos divertirnos en la playa lanzando los anzuelos para descubrir que presa saldría esta vez, podría ser un pámpano, o un robalo, hasta algo más pequeño, como una trucha o un feo ratón (es un pez que tiene la cabeza en forma similar a la de una rata, pero que dicen tiene un sabor riquísimo) y ahora finalmente esperaba ansioso que pasaran por mi para tomar carretera y sentir el aire en la ventanillas del coche.
Antes de que ellos llegaran reuní apresuradamente todo mi equipo y la cámara fotográfica digital (para tomar la imagen de mis presas), finalmente me asome por la ventana y note dos siluetas conocidas, eran mis cuates ya esperándome mientras comían parte del refrigerio que llevaríamos para soportar la jornada nocturna de pesa.
Me despedí de mi mujer y después de muchos consejos y recomendaciones, además de haberme llenado la mochila de cosas que seguramente no usaría, por fin, salíamos de la ciudad. Pretendíamos pasar toda la noche pescando y continuar un poco más por la mañana antes de regresar, ya eran como las ocho de la noche, el camino aunque en buen estado estaba lleno de niebla que humedecía el parabrisas del coche, y para variar, las plumas del limpia brisas no quitaban toda la humedad, por lo que ahora, después de esperar tanto tiempo para ir a este viaje también debíamos ir despacio y con todas las precauciones para viajar con seguridad.
Durante el camino platicamos de historias y aventuras de pescadores que conocíamos, de lugares, o simplemente recordando nuestros viajes anteriores (dos viajes al mismo lugar), después de una hora, la niebla despejo el camino y entonces se descubrió la noche, no se veían las estrellas aunque despejada era una noche oscura.
Al pasar una caseta y media hora más sobre el asfalto, por fin llegamos a la playa, es un sitio llamado el farallón, al que nos gusta ir porque siempre que vamos los peces pican bien. El vehículo se estaciono hasta donde el camino pavimentado llega, a unos 100 metros antes de llegar al mar, previamente a bajar nuestros equipos de pesca, inició la hora de los pambazos, y le atacamos con éxito, pues para eso somos competentes.
Una vez ya en ese lugar caminando hacia la orilla del mar con la mochilas sobre la espalda, notamos que en la arena había una gran cantidad de algas, parecía que el mar las arrojaba hacia la arena, no hicimos más caso de eso y nos dispusimos a pescar, yo ya estaba ansioso de lanzar el anzuelo y rápidamente arme mi caña, coloque el plomo, la carnada y comenzamos a lanzar, después de varios intentos sentí un jalón en la línea, empecé a enredar y cada vez se sentía más duro y difícil de halar, ya contento porque seguramente esta vez venía uno grande ¡¡¡ seguí halando, incluso hasta mi carrete se averió, pensé, no importa si trae un pámpano o un guachinango, cual sería mi sorpresa cundo al salir por fin el anzuelo lo que en el venía era un alga, eso si como de dos kilogramos
y bueno, seguimos intentando y las algas seguían atrapándose en los anzuelos, una y otra vez, finalmente decidimos mejor buscar otra playa, por suerte hay muchas por esa región, así que recogimos todas nuestras cosas, las pusimos en la cajuela del carro y nuevamente tomamos carretera con rumbo norte.
Un tanto decepcionados seguimos sobre el asfalto, del lado derecho de la carretera, a lo lejos se veía el mar, que en ocasiones sobre el viaje se oculta por las dunas o los cerros, pasamos un lugar llamado "Laguna Verde" y unos metros adelante sobre la carretera está la salida a un camino, un tanto rústica, al salir por esa brecha nos envolvió la vegetación de un manglar, a ambos lados de la vialidad los árboles cierran la visibilidad y hacen aun más oscuro el trayecto, en algunos tramos el camino se encontraba pavimentado, se notaba que en otro tiempo ese camino fue importante, o al menos muy usado, seguramente por alguna empresa constructora, ya que en esa zona por mucho años hubo un auge de construcción debido a la creación de una planta termonuclear, la única de su tipo en este país.
Al seguir por el sendero poco a poco la vegetación fue abriendo la vista hacia el cielo y entramos a una zona que parecía agreste, un poco árida, de esas en donde seguro existen los nidos de cascabel o animales peligrosos, o por lo menos, que asustan, seguimos ya sobre terreno sin camino y entonces, finalmente llegamos.
Era un lugar alto sobre el nivel de la playa, desde donde se veía a lo lejos la espuma blanca que hacen las olas al llegar a la arena, nuevamente a bajar todo nuestro equipo y enceres, primero nos asomamos a uno de dos lugares que ahí había, notamos que la arena estaba muy revuelta y que si entrábamos por ahí seguro no podríamos salir si trabajo duro, así que mejor decidimos ir a otra orilla.
Comenzó el descenso hacia la arena, poco se veía, sin embargo note a lo lejos que cerca de nosotros había un pobre equino sólo, seguramente abandonado por sus dueños por inútil, por enfermo o por viejo. Una vez que llegamos me di cuenta que tras el sitio que escogimos había una fuerte pendiente hacia arriba, y en sentido opuesto ya como a unos escasos 12 metros estaban las olas mojando la arena, y sin más, junto con mis amigos inicie mis intentos por pescar algo.
Aunque en este sitio ya no había tantas algas sobre la arena, los peces no mordían las carnadas, pero no dejaría de insistir, había esperado mucho tiempo para este momento y no me abatiría porque en las primeras 6 horas no mordiera nada, luego de todo esto, aún sin conseguir ni el pez más pequeño note algo en lo que no había pensado, con la noche las mareas suben, y entonces el mar comenzó a subir su nivel, cuando me di cuenta el terreno que teníamos para estar fuera del agua era muy pequeño, y tras nosotros no había salida (recuerdas que tenia una fuerte cuesta tras de mi), así que al pasar las horas las olas azotaban con fuerza sobre piedras cada vez más cerca y más cerca.
La cosa no era tan grave, pero yo no lo sabía, finalmente el mar no subiría tanto como para representar un riesgo, pero en se momento después de haber pasado por todos los tropiezos anteriores, a mi me pareció otro gran problema.
Las horas siguieron pasando, y nuestra suerte no cambió, ya pasadas las 3 de la mañana se rindió uno de mis cuates y se fue a dormir al carro, nos quedamos los más tenaces, o los más necios para seguir intentando, dentro de mi pensamiento imaginaba que lograba atrapar un buen pez, pero no fue así, nos cambiamos de lugar para ver si así nuestra suerte mejoraba, pero cualquier cosa que intentábamos nos daba el mismo resultado, nada
y nada
y nadaaaa
Desde el lugar donde estábamos sentados sobre nuestros sillas de pesca se visualizaba una gran estructura natural, una inmensa roca como una isla rodeada por los violentos golpeteos de las olas, un lugar ideal para pescar por estar más dentro del mar, pero difícilmente podríamos llegar hasta ahí para hacer otro intento, pues la marea no permitía pasar hacia allá.
Justamente estábamos contemplando esa gran piedrota cuando vimos que de repente se ilumino ¡¡¡¡¡¡¡ tomo un color blanco luminoso, al verlo un poco mejor y después de unos segundos de iniciado ese efecto físico, vimos que se trataba del la reflexión de la luz de un vehículo que llegaba desde lo alto del terreno e ilumino la piedra, era una camioneta tipo vagoneta todo terreno, nos pareció sospechosa ¿Qué hacía una camioneta como esa en ese sitio y a esa hora?
El hecho aunque no lo comentamos entre nosotros nos pareció algo peligroso o por lo menos debíamos mantenernos a distancia y con cuidado.
La camioneta por fin se alejo de ahí y yo me quede más tranquilo, seguimos en lo que pretendíamos y poco a poco fue bajando la marea al correr las horas de la madrugada, poco antes de salir el sol, Jorge quién aún se quedo a pescar conmigo o mejor dicho, a intentar pescar, se atrevió a pasar hacia aquella gran roca, a mi me parecía aún peligroso, así que mejor busque otro lugar pero a unos metros de donde habíamos pasado la noche, es una playa en donde las forma del terreno y caprichos de la naturaleza forman una pequeña bahía muy hermosa, y contemplar el amanecer en ese lugar es muy tranquilizante, pocas veces se tiene la oportunidad de admirar esos amaneceres, y como ya en ese momento me quede solo, me di tiempo para reflexiones y recuerdos personales que hicieron aún más grato esta experiencia, cuando estas solo contemplando el mar y tienes oportunidad de ver el nacer el sol, solo puedes pensar al igual que aquel excelente viejo trompetista Louis Armstrong "que maravilloso es el mundo".
Al nuevo día despertó Paulino y Jorge regreso de sus intentos en la piedra, y ya sintiendo la desvelada desayunamos y nos dispusimos a buscar otro lugar para pescar, nuestra suerte debía cambiar tarde o temprano y cuando eso sucediera debíamos estar listos.
Nuevamente con todas nuestras cosas en manos y espalda caminamos hacia otra playa muy cercana a unos cuantos cientos de metros, es otra pequeña bahía, y también muy bonita, escogimos nuestro lugar de la buena suerte e inicio otra jornada, pero la suerte no nos ayudaba.
Después de una rato comenzó a llegar gente a la playa, entre toda esa gente también llego una familia que venía a pescar, eran unos chavos con dos hombres adultos y dos mujeres, el que parecía el abuelo, o al menos el hombre de mayor edad, era un tipo simpático, dicharachero y platicón, era en verdad una persona agradable, se detuvo en donde nosotros estábamos, y nos decía " en este lugar hay muchísimos pámpanos" y nos están esperando para que los pesquemos, aquí hay para todos, nos dijo, se veía animado y motivado, además muy optimista de sus suerte, pensé dentro de mi, no lograrán nada, después de comentarnos varias cosas como esa y de desearnos un buen día siguió su camino y se sentaron a unos metros de nosotros.
No había pasado ni diez minutos cuando en el primer lance de uno de ellos fue mordido por un inmenso pámpano !!! o dios, lo que estaba esperando para mi durante toda la noche y muchas horas, estas personas lo lograron en tan solo unos minutos ¡¡¡¡ que envidia !!!! daba gusto ver ese pez luchando por quedarse en el agua, saltaba y peleaba, de eso se trata la pesca.
Con una sonrisa de satisfacción aquel viejo nos decía: ¡¡ven, se los dije¡¡ "aquí hay muchos peces", ya te imaginaras la cara que nosotros teníamos
pero bueno, eso nos reanimo para intentar de nuevo, ahora si, nuestra suerte deberá cambiar, sin embargo ya estábamos rendidos por todo el esfuerzo de la noche anterior, así que después de media hora llego el momento de aceptar que no pescaríamos nada y que ya debíamos regresar.
Otra vez estábamos con las cosas a la espalda caminando hacia el carro para tomar la carretera de regreso.
Durante el trayecto de la playa al carro nos encontramos aquella misteriosa camioneta que vimos por la noche, era un padre con sus dos hijos, unos niños como de 12 y 13 años de edad que también quisieron ir a pescar a la playa donde estábamos, pero al vernos les parecimos sospechosos y decidieron mejor irse a otro lugar
jejejejeje.
Finalmente, en carretera ya de regreso reflexione sobre toda la experiencia, y aunque la suerte no estuvo con nosotros para lograr nuestro objetivo, todo lo que paso fue una vivencia que quiero repetir muchas veces, y por muchos años más.
Esta fue nuestra playa por toda una noche ¡¡¡¡¡
UN MUNDO MARAVILLOSO
Louis Armstrong
Veo árboles de verde....rosas rojas también
Las veo florecer...para mi y para ti
Y pienso para mi...que maravilloso mundo
Veo el cielo de azul...nubes de blanco
Benditos días brillantes...calidas noches sagradas
Y pienso para mi...que maravilloso mundo
Los colores del arcoiris...tan bellos..En el cielo
Están ahí en las caras...de la gente..Pasando
Veo amigos dándose la mano...diciendo..
como estas están diciendo en realidad...Te quiero
Escucho niños llorar...los veo crecer
Aprenderán mucho más...de lo que yo podré saber
Y pienso para mi...que maravilloso mundo
Si pienso para mi...que maravilloso mundo.
Te amo
Esta canción fue escrita por un hombre viejo, de raza negra, en una época en que en su país existían condiciones raciales terribles, sin embargo es una canción que muestra esperanza, optimismo y felicidad, tal vez sea una manera de protesta, o simplemente representa el pensamiento de un buen hombre, y aunque no tiene nada que ver con el viaje o con la pesca, ya que lo referí, quise mencionar porque me gusta.
Ignacio Rodolfo
2005