Un pez sobrevive Miles de Años sin tener Sexo
Donde Pescar / Carlos Martín del Campo R.
La especie del pez amazónico Molly o Poecilia formosa está conformada sólo por hembras y, sin embargo, puede reproducirse. Lo hace gracias a algunos “trucos” genéticos que le ayudan a prescindir de una pareja para tener descendencia. A esa conclusión llegaron investigadores de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, que en la segunda quincena de abril determinaron que este animal no desapareció gracias a que tiene relaciones sexuales ocasionales con otros peces, no precisamente de la misma familia.
Los investigadores escoceses aseguran que molly ha logrado sobrevivir miles de años gracias a que interactúa con los machos de otras familias para desencadenar el proceso natural de reproducción.
Todas igualitas
Esta variedad de animales se encuentra repartida principalmente en el sur de Estados Unidos, México y parte de Colombia, y durante mucho tiempo se creyó que su familia estaba amenazada de extinción ya que con la reproducción asexual ocurren cambios perjudiciales en los genes a través de las generaciones, pero nada de eso ocurrió con este milenario animalito.
Molly —al igual que otros grupos asexuales— utiliza una particular técnica de reproducción llamada ginogénesis, con la cual los descendientes son “clones” de la madre que no heredan ningún material del ADN del padre o progenitor.
Debido a que todos los ejemplares ginogenéticas son hembras, la activación de sus óvulos requiere el apareamiento con machos de familias cercanas, pero que no hacen uso del espermatozoide, por lo que no contribuyen con ningún material genético a los futuros descendientes.
Trucos genéticos para dar vida
Complejos modelos matemáticos fueron utilizados por los mejores científicos de la Universidad de Edimburgo para descubrir cómo ha logrado sobrevivir tanto tiempo el pez molly, a pesar de las mutaciones genéticas generacionales.
Los investigadores calcularon el tiempo de extinción del pez basado en los sistemas de cambios genéticos ocurridos durante miles de generaciones.
Los resultados mostraron por primera vez que, basados en los modelos actuales, el pescado tuvo que haberse extinguido en los pasados 70.000 años.
Este género, que no pasa de los 10 centímetros de tamaño, no desapareció —y de hecho tiene prósperas poblaciones en el sureste de Texas y noreste de México— gracias a esos “trucos” genéticos de supervivencia que las han ayudado a mantenerse vivas por siglos y siglos.
La teoría de las relaciones sexuales ocasionales se refuerza con la opinión de los científicos. “La especie quizás utiliza un poco de ADN de los machos para provocar la reproducción y renovar así su acervo genético”, sostiene el doctor Laurence Loewe de la Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Edimburgo.
“Lo que descubrimos es que este pez realmente posee algo especial y cuenta con trucos también especiales que lo ayudan a mantenerse vivo. Quizás lo que ha ayudado a la especie a sobrevivir son las relaciones sexuales ocasionales con otros peces extraños. Sin embargo, vamos a seguir estudiándolos para poder obtener mayores respuestas´, afirma el científico.
El estudio también podría ayudar a entender mejor a otros géneros que operan de forma similar y también utilizan esos “trucos” de supervivencia en la naturaleza.
Una de ellas es la salamandra, que ha logrado sobrevivir reproduciéndose con ginogénesis durante más de un millón de años, según los estudios científicos.
Cada 15 meses se renueva la población de la poecilia formosa y como ocurrió durante 70 mil años, esta vez las hembras tampoco tendrán que buscar una pareja para la reproducción, menos habrá amor, bastará un truco para acercarse a algunos machos. Una vez que éste active sus óvulos, la supervivencia de la especie estará garantizada, quizás por otros miles de años más.
LA ESPECIE
La poecilia formosa fue descubiera por la científica Limia Formosa Girard en 1859. Girard fue considerada en el siglo XIX como una de las más eximias investigadoras del mundo marino en todo el orbe. Molly amazónico es el otro nombre con el que conocen a esta especie que pertenece a la familia Poeciliidae que forma parte, además, del orden Cyprinodontiformes. Mide 9,6 centímetros, tiene espinas dorsales y rayas dorsales, y habita en el río Nueces, río Grande, al extremo sur de Texas en Estados Unidos; además de Veracruz, en México, y algunos ríos más de Colombia. Su uso no es comercial y tampoco es víctima de la pesca.
La poecilia formosa es de color plateado y se alimenta de algunas plantas marinas y pequeños peces que habitan en los ríos.