Lo primero es el alcance, pues la parábola que describe el señuelo en el lance permite que este se eleve ganando distancias y descendiendo mucho más lejos que con una vara MÁS pequeña, porque lo cierto es que no podemos lanzar los señuelos de manera horizontal logrando las distancias que queremos, y menos en este tipo de pesca que muchas veces se usan o señuelos o plomos de mayor peso, y de no subir el arreglo lo posible, éste caería prácticamente a nuestros pies si no aprovechamos los principios físicos del movimiento descripto, y en la media de la mayoría de las playas a más profundidad siempre habrán mayores presas, por lo que la regla en general es tratar de buscar la mayor distancia.

Lo segundo es que cuando se atrapa a un buen ejemplar con cañas largas , estas juegan su papel a la hora de ofrecer resistencia y poder, no es igual para el animal que está en la punta de la linea doblegar una vara de 12 pies que una de 6 con sus características cada una, ofreciendo una resistencia que sustituye en mucho el esfuerzo del pescador con la espalda, esa ventaja se logra ver mejor con las cañas salmoneras, donde cada parte de la caña hace su trabajo controlando toda la acción con un leve movimiento de muñeca apoyándose con el antebrazo, mientras el pescador mantiene una postura sin esfuerzos.